En la mira

Aristegui perdió el piso

 

Tras el escándalo que armó Fernández Noroña en el Congreso, llamando borracho al presidente Felipe Calderón, Carmen Aristegui, en uno de los programas que conduce, le pidió (en otras palabras) al presidente que aclarara si es borracho o no y que si lo era tomara medidas.

MVS, empresa para la que trabajaba en ese momento, le pidió que ofreciera una disculpa pública porque no era posible dar por cierto un rumor y el Código de Ética de la propia MVS así lo establece.

Carmen se negó a hacerlo y le rescindieron su contrato.

Finalmente, el miércoles 9 de febrero Aristegui ofreció una conferencia de prensa en la que culpó al mismo presidente Calderón de su despido (sin ofrecer pruebas) y conminó a la familia Vargas, propietaria de MVS, a no dejarse presionar y recontratarla, de manera prepotente les advirtió que era el único camino decente que les quedaba. No admitió preguntas (otra vez, menospreciando a sus compañeros periodistas).

Aquí hay que puntualizar: Sergio Sarmiento, en su noticiero del mismo miércoles 9 de febrero por la mañana dio su testimonio, afirmó que él tiene muchos años de conocer al presidente Calderón, desde que éste era un joven de 23 años de edad y fungía como secretario general del PAN, y nunca lo ha visto tomar como para calificarlo de borracho: “lo he visto un centenar de veces y les aseguro que yo tomo más que él y no soy tomador”.

Otros testimonios de gente que conoce al presidente afirman lo mismo: No es un borracho ni remotamente.

Pero Carmen Aristegui lo sabe perfectamente (como lo sabe cualquier periodista medianamente informado) y a pesar de eso conminó a Calderón a probar que no es un borracho. ¿Por qué mejor no conminó a Noroña a probar sus acusaciones?

Todos los días hay rumores, el más socorrido es el que acusa a algunos expresidentes y al propio Ebrard de ser homosexuales; pero, evidentemente, el periodista que diera cabida a tales “rumores” sería, por decir lo menos, poco profesional. Aristegui misma nunca ha pedido a Ebrard que pruebe que no es homosexual. Acerca de la propia periodista circulan rumores que nadie le ha pedido que aclare, por respeto a su persona.

En este caso, lo que parece moverla es el apoyo a Noroña. Y peor todavía, su actitud prepotente actual la deja muy mal parada.

Es una de las periodistas que ganan millones de pesos mensuales con sus programas de radio y televisión y su colaboración en el periódico Reforma. Está bien informada, no se puede llamar a engaño. Lo que hizo fue dar validez a una calumnia creada por el propio Noroña hace meses y que circula en Twitter, efectivamente, como ahora circulan cientos de comentarios que enlodan a Aristegui, pero no por eso los vamos a repetir, ni a pedirle que los aclare.

Carmen quiso demostrar que hace lo que quiere y le pide que rinda cuentas a quien se le antoja. Le hace falta voltear al pasado y retomar la humildad que suponemos algún día tuvo.

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